viernes, 26 de octubre de 2007

El Coyote y el Correcaminos




Quien no recuerda aquellos dibujos animados de el Coyote y el correcaminos.
Era la batalla eterna entre necesidad frente a velocidad, gravedad frente aceleración. A lo largo de la carrera del Correcaminos y el Coyote, la fórmula clásica de persecución nunca pierde tensión. Al siempre desafortunado Coyote se le ocurren intrigas cada vez más elaboradas y aparentemente infalibles para atrapar al Correcaminos, que, ajeno al peligro, siempre escapa de los lastimosos y meticulosos planes del Coyote.


La ineptitud del Coyote, posiblemente una consecuencia de su obsesión enajenadora por atrapar al Correcaminos, no hace más que verse agravada por los productos de la compañía Acme que funcionan para otros clientes pero nunca parecen funcionar para el Coyote quien arriesga la vida en repetidas ocasiones por fiarse de su efectividad.

El Coyote podría detenerse en cualquier momento, si no fuera un fanático. Encontré una cita, de George Santayana, que decía que "un fanático es alguien que redobla sus esfuerzos cuando ha olvidado su objetivo."

Por supuesto que no puede abandonar, el Coyote está segurísimo que el próximo intento tendrá éxito.

Cuando el veloz Correcaminos pasa zumbando, la fricción hace que el camino y los pies del Coyote prendan fuego, transformando al Coyote en un loco frenético que intenta capturar a su presa con una cuerda, un tirachinas, una maza de bolas de pinchos, una escalera con trampa de bomba y una pila de rocas.

En fin, si extrapolamos esta paradia a la política municipal, que se os vendría a la cabeza. Yo con solo pensar en el pleno de ayer, el de los presupuestos y las ordenanzas fiscales...; hubo un claro Correcaminos y un clarísimo Coyote. Cada cual que saque conclusiones.

PD: la información ha sido extraida de www.looneytunes.warnerbros.es, y por supuesto, que quede claro, no hay ánimos de ofender. Saludos.

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