
Y como pasa el tiempo, hoy no estábamos solos como si de una barrilada o una fiesta de la primavera fuese. Estaban nuestras mujeres, hasta los hijos e hijas -también ha estado otro que estar por llegar-, ellas a lo suyo y nosotros a lo nuestro, y todos a todo. Como hemos cambiado, aunque alguno no mucho.
Un buen rato el que hemos pasado, lástima que el tiempo no acompañaba, había algunos críos enfermos, y la velada terminó antes de lo esperado. Pero ha merecido la pena, y ya estamos emplazados a preparar la que será la comida del décimo aniversario en que terminamos la facultad, oseasé el verano próximo.
Feliz año nuevo a todos y todas.