lunes, 10 de mayo de 2010

Historias de ti

De siempre me ha encantado escuchar a los mayores, intentar buscar en sus palabras la sabiduría de la experiencia. Me sigue encantando disfrutar de historias, anecdotas y leyendas que se mueven entre lo real y la ficción.
No se esta, cuanta tendrá de real y cuanto de ficción, pero escuchada por diferentes versiones coincide en su totalidad.
Aquel día, como otros muchos, aquel buen hombre, estudiado, posicionado, bebió un poco más de la cuenta. Dolido en el alma, quizás, por las circunstancias que lo rodearon años atrás, estalló, tanto es así que sin temor algunos los maldijo como fascistas, para asombro de los presentes. Entre ellos, otros hombres buenos, en particular uno, al que sin temblarle el pulso se presentó a juicio como testigo de aquel incidente.
Con la mente fría y sabiendo del alcance de sus palabras dijo, "no señor mío, le escuché decir falsistas, de falsos".
Aquel día, como otros muchos, ya no fue el mismo para aquel buen hombre que de vez en cuando bebía un poco más de la cuenta. Su suerte cambió, y todo quedó en un susto.