viernes, 9 de noviembre de 2007

¿Odio, rencor? yo que sé

A veces pienso, que aquellos y aquellas que maquinan contra alguien o algo, es debido o motivado por el exceso de tiempo libre que tienen. Sin duda, el aburrimiento es muy malo, con lo que cuando se está aburrido y se dispone de ese amplio tiempo, hay quienes dan rienda suelta a su imaginación y crean los bulos, mentiras, falsedades y una serie de descalificativos hacia aquellas personas a las que odian, envidian, temen o yo que sé.
No puedo imaginar como puede haber gente así, que dedican su tiempo a esa rastrera labor, sean del signo que sean, color político o creencia religiosa. Todos al mismo saco. Porque como se dice, haberlos hailos en todos los sitios.

Esa animadversión imcompresible a determinadas personas, por encontrarnos en determinada situación social, asociativa o, sin ir más lejos, desempeñar un cargo político, desde luego no la comprendo. Y hablando de internet, lo más lamentable es que esos que odian, muestran rencor, son tan cobardes que se esconden desde el anonimato para criticar y lanzar dardos envenenados. Y podemos rizar aún más el rizo; hasta cierto punto puedo comprender y admitir determinadas críticas, lo que no aceptaré nunca es que se involucre y llene de mierda a familiares, esposos, esposas, padres y madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, que el único delito cometido es ser familiar de tal o cual. Realmente, patético.

Y todo esto, lo digo porque navegando hace un ratillo por una web, encontraba unos comentarios que pretenden, parecen, hacerme daño y despotricar sobre mí y mi familia. Desde luego, Sr. anónimo, sólo consigue el efecto contrario, reafirmarme más en mis creencias y pensamientos.

Qué triste esconderse bajo un letrero de "Anónimo" para decir tantas y tantas barbaridades acerca de personas a las que seguro ni conocen, y me refiero conocer a fondo.

Pues nada, frustados periodistas del tomate, sigan en esa tónica. Dice el refrán que el tiempo pone a cada uno en su sitio.

No hay comentarios: