viernes, 25 de febrero de 2011

Cada uno a lo suyo

Empezó con buen pie y con muchas ganas, su cosecha parecía que llegaría a buen puerto y que sería grande y provechosa. Pero con el paso de los meses empezó a experimentar, innvovar y añadir nuevos productos a la siembra.
Así, las nuevos sembrados no iban dando los mismos resultados que meses antes, las cosechas iban menguando y las plagas las iban acechando.
Llegó un tiempo en el que aparentemente comenzó de nuevo con la agricultura tradicional, sin experimentos y aplicando los métodos de toda la vida, pero pronto, sin saber muy bien el porqué, caería en los mismos errores. Errores que iban causando tristeza y problemas, pues se complicaba el modo de salir de aquel círculo en el que se había metido, pidiendo favores a otros agricultores y arrastrándolos al mismo problema, debido a aquellas promesas vacías de mejora y aumento de las cosechas.
A tal extremo llegó la situación, que un día estalló, con consecuencias muy graves, tanto, como la perdida no sólo de la cosecha, sino de las tierras, de la complicidad de otros agricultores, dejando atrás un reguero de innumerables problemas, algunos de los cuales aún mantienen viva una pequeña llama.
La avaricia y el lograr un no sabía muy bien el qué, hicieron posible el arrastre y su desaparición de la agricultura.
Pero gracias a su ingenio, cambió de oficio, un oficio menos lucrativo, pero igual de complicado quizás, aunque en este caso no dependía de nadie, solo de si mismo y de su capacidad.
El resultado, aún por ver.

Pd.: se recoge lo que se siembra.

No hay comentarios: