jueves, 15 de mayo de 2008

Paciencia

Dicen que el paciente se va haciendo cada vez más fuerte, y el fuerte cada vez más paciente. Y que a pesar de ser amarga la paciencia, sus frutos son dulces. Paciencia.
Con ella, hemos de superar los malos momentos, superar los difíciles avatares. La vida sabemos que no es un camino de rosas, que problemas y chinitas en el camino, a porrones.
Pero que gran virtud la de ser paciente, la de esperar el momento adecuado. Y mira que es difícil y complicado ser paciente, quien no ha dicho a veces eso de "melón, y tajá en mano". Pero con esfuerzo y entereza, tranquilidad, contando hasta diez si hace falta, conseguiremos nuestros logros.
Por cierto, que de todo se sale, más bien o más mal, pero se sale.
En la vida, muchas veces hemos de actuar como ese lince que se encuentra agazapado, esperando el momento justo para lanzarse con sus garras sobre el dulce conejillo que come tranquilo pero con las orejas tiesas, atento a lo peor, pero aún así, la paciencia le hace conseguir su fin al lince.
Más importante aún, tener paciencia con quienes nos rodean, para que la tengan con nosotros, no somos perfectos.
Nuestras metas, las personales, las profesionales, las familiares, con paciencia llegarán. Trabajo, constancia y...paciencia. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
Y la paciencia debe hacernos ver las cosas de otra manera, no acelerarnos, no precipitarnos en nuestras decisiones, sobre todo las que puedan afectar a terceros. Hemos de tener fé en que llegue nuestro momento, y no decaer en el intento.
Paciencia es aguantar, resistir, saber llevar o sobrellevar. El que tiene paciencia tendrá lo que quiera.
Quienes quieren correr por llegar a la meta sin estar preparados, seguramente fracasarán en el intento. Paciencia, que ya llegaremos a la meta.
¿Dónde estás, dulce don de la Paciencia?

Pd.: A quien o quienes pueda interesar, y a quien o quienes solo saben lo que digo.

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