Me alegro por tí

Esta mañana cuando te ví y subimos juntos las escaleras, tu cara era otra. Aún quedaba algún resto en tu mirada, en tu rostro, en tus palabras, de ese sufrimiento que lleváis pasados desde el año pasado. Pero tu cara era otra. La esperanza se reflejaba en tu sonrisa, en tu forma de actuar.

Pero, afortunadamente, según me contabas todo va para mejor, me alegro por vosotros, y muy especialmente por él.
Paciencia, que dicen los mayores, pasito a pasito, poquito a poquito. Si llegastéis juntos una vez a la meta, también ahora. Y seguro que con vuestro tesón lo conseguiréi, esta carrera de fondo no se os puede resistir.
Animo, me alegro por tí compañero.